Ahora hay que deshilachar, se supone que basta con lavarlo en la lavadora, pero no se deshilachó bastante, así que recurrí a frotar con las uñas o, lo que es mejor, con un cepillo de dientes.
Al final queda muy suave, como la chenilla.
Dentro le puse unos bolsillitos.
¡Es precioso! Yo tengo un rectángulo hecho a chenilla para probar y no sabía que hacer con él, me gusta esta idea.
ResponderEliminarGracias